miércoles, 8 de agosto de 2018

Quien tenga oídos

Argentina vota hoy si el aborto es legal o no. Tengo plena conciencia de que estas líneas no tendrán incidencia alguna en esa votación, pero igual escribo. Lo hago, en primer lugar, por conciencia, para contar lo que veo. Y luego también como quien arroja una botella al mar. 

La Iglesia católica reza todos los días el oficio de lecturas, que consta de un himno, una serie de salmos y dos lecturas (una bíblica y otra de la tradición). Como hoy celebramos a santo Domingo la segunda lectura se dedica a él, pero de no ser así hubiéramos leído un fragmento de la Carta de Bernabé, escrita a principios del siglo II. 

Amarás a tu prójimo más que a tu propia vida. No matarás a tu hijo en el seno de la madre, ni una vez nacido le quitarás la vida. No dejes sueltos a tu hijo o a tu hija, sino que, desde su juventud, les enseñarás el temor del Señor (XIX,5).

Mucho habría por decir en muchos órdenes. Pero no es el momento ni el lugar. La cuestión que nos aguarda es cómo ser más humanos, cómo pensar con rigor dejándonos a la vez conmover en las entrañas por la suerte del otro. Es preciso replantear el anuncio así como ejercer de manera más eficaz la caridad. Por eso, porque tenemos claro que queda mucho por caminar, recibiremos la decisión del Senado "sin caer en la tentación del desaliento o de un vano triunfalismo, cualquiera sea el resultado de la votación" (Departamento de laicos de la Conferencia Episcopal Argentina; 5.8.2018).