lunes, 9 de diciembre de 2019

Gestos que hacen bien

Nobleza obliga. Si alguna vez expresé la perplejidad de muchos por cierta confusión eclesial en su relación con la política, hoy corresponde reconocer el acierto. La Misa de ayer en Luján con motivo de la Inmaculada Concepción de María es una brisa renovadora tanto para la Iglesia como para la sociedad civil. Dios quiera que sea el primero de muchos otros gestos en esa línea. Gestos en los que la Iglesia sea para todos casa y escuela de comunión. Gestos en los que los políticos y demás dirigentes puedan encontrarse sin agravios, lejos de la estridencias, como hombres de a pie, falibles pero a la vez razonables. Qué bien hace al país que el Presidente saliente y el entrante se unan en la plegaria por la República, a la que ambos procuran servir desde sus respectivas convicciones. Hago votos para que lo de ayer sea el inicio de una sana tradición en la que el traspaso oficial del Poder Ejecutivo sea precedido por una Misa compartida en Luján, donde no sólo quede claro que todos somos hermanos sino también que ningún Presidente es el Mesías.

1 comentario:

ADVENIAT REGNUM TUUM dijo...

Realmente el "sensus fidei" y el sensus ecclesiae" me sorprende muchas veces. Leo el post sobre "gestos que hacen bien" y reconozco un texto similar que escribí anteayer en el mismo sentido. Gracias por expresarlo con concisión. Invocamos al Señor de la historia por nuestra querida Nación en este nuevo tiempo político.

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UN AUSPICIOSO MOMENTO INSTITUCIONAL

Encontrar juntos a un presidente argentino que concluye su mandato y otro presidente electo que comenzará a ejercer su autoridad constitucional dentro de dos días, es un dato raro y auspicioso para la vida de la República Argentina.

Ambos hoy, frente al Santuario Nacional de Nuestra Señora de Lujan, presentes en la "Misa por la unidad y la paz" en el día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, son un signo esperanzador en la construcción de una Nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común. Quienes pasamos las seis décadas de edad no registramos escenas de este calibre.

Y al ver esta foto, quiero rendir un público homenaje de gratitud a quien supo ocupar -en estos últimos cuatro años- su lugar institucional con una ejemplar discreción y gran dignidad: la vicepresidente de la Nación, Gabriela Michetti.