domingo, 22 de septiembre de 2019

Cuando la risa está fuera de lugar

En dos ámbitos distintos, la misma actitud. Lamentablemente conocida pero de todos modos desconcertante. Primero ocurrió en el cine, luego en un congreso académico. La gente ríe cuando se dicen cosas serias. Esta incapacidad para el drama revela mucho de nosotros, de nuestra superficialidad, de nuestra dificultad para asumir la realidad como es. Da la sensación de que estamos esperando cualquier excusa para liberar tensiones no confesadas. ¿Qué podemos esperar si la evasión puede con el arte y el pensamiento? Es el viejo topos del payaso triste. El bufón hace sus gracias pero sin poder ocultar su lágrima, su desesperación.


Pues donde falta la resurrección, cualquier cruz es una tragedia. Donde falta el perdón, cualquier transgresión es un acabose. Un mundo sin Jesús es un mundo roto, un mundo que tiembla de frío en los rincones cansado de sí mismo. Estamos hechos para la risa, qué duda cabe, pero una risa franca, segura de sí misma. Una risa que no sea espasmo nervioso sino triunfo de libertad. La alegría verdadera no huye del dolor ni del fracaso ni de la muerte sino que los abraza hasta transfigurarlos. Los que siembran entre lágrimas, cosecharán entre canciones (Sal 126,5).


4 comentarios:

ADVENIAT REGNUM TUUM dijo...

Una gran alegría (no de risa vana) es volver a recibir un post de MIGAJAS TEOLÓGICAS. En estos tiempos de una cultura del sólo sentir (emotivista) o puramente inmanentista, es una "brisa de aire fresco" recibir pensamientos que nos invitan hacia lo Alto. Una contribución invalorable para la "inteligencia de la fe". Gracias. Y por muchos más.

IDS dijo...

¡Brisa espectacular!

Anónimo dijo...

Gracias.

Anónimo dijo...

Muchas gracias!